3 genios y sus trastornos mentales
Las
enfermedades mentales pueden contarse entre las más invalidantes,
así que parece inevitable que la imagen de los enfermos mentales
tienda a ser negativa. A pesar de eso, también es bueno recordar que
muchos de los grandes genios han sufrido enfermedades mentales, y
posiblemente su éxito no es a pesar de sus trastornos, si no que los
trastornos fueron una parte de su éxito. Hay estudios que demuestran
que los pacientes depresivos evalúan la realidad mejor que la
población normal. Y los pacientes psicóticos o maníacos tienen una
capacidad superior para pensar de forma creativa (aunque en la
mayoría de las veces esto es una maldición y no una virtud).
En la entrada de hoy voy a analizar a 3
grandes exponentes del género humano. En algunos casos sufrieron
enfermedades mentales diagnosticadas, y en otros parece haber
indicios que merece la pena comentar.
1.- Miguel Ángel (1475 - 1564 )
Su vida muy muy resumida:
Miguel Ángel fue uno de los máximos
exponentes del renacentismo italiano. Destacó en escultura y pintura
y en sus últimos años también trabajó como arquitecto. Además de
todo eso, también escribió poemas.
Nació en familia pudiente y tuvo que
discutir para poder dedicarse al arte (en aquella época no estaba
bien visto). Al estar empeñado, su padre aceptó mandarle a un
taller de escultura. Empezó a destacar muy pronto y a los 23 años
ya pudo realizar un trabajo como la Piedad
del Vaticano,
con un grado de perfección muy alto. Pasó la mayor parte de su vida
trabajando incansablemente, no se casó, y obtuvo un reconocimiento
altísimo en la sociedad de la época (trabajó para las grandes
familias y para el Vaticano). Tuvo relaciones familiares
satisfactorias aunque distantes; no acudiendo al funeral de su
hermano.
Los
datos que hacen pensar en algún trastorno mental:
-Perfeccionismo
extremo: la más mínima imperfección en una de sus obras era para
él un drama. Era incapaz de delegar en ninguno de sus aprendices,
porque según él ninguno estaba a la altura.
-Economía:
vivía una vida completamente austera, a pesar de ganar grandes sumas
de dinero. Al morir dejó una fortuna enorme.
-Higiene:
no solía bañarse, y no se quitaba jamás las botas, ni para dormir.
Tan exagerado era este punto que su aprendiz cuenta que la piel de la
planta del pie se quedaba pegada a las botas al quitárselas.
-Relaciones
sociales: huraño, tuvo dificultades para tener relaciones cercanas.
Se especula que pudo ser homosexual, y esto explicaría que no
llegara a casarse. Tenía ataques de ira y se aislaba largos períodos
para trabajar a solas.
Las
hipótesis:
Hay
varias posibilidades, posiblemente Miguel Ángel sufrió de síndrome
de Asperger. Desde pequeño demostró un interés obsesivo en el arte
y era en la práctica lo único que hacía. Sus relaciones sociales
parecían importarle poco y la empatía tampoco parece uno de los
fuertes de Miguel Ángel.
El
dato sobre las botas es muy interesante, y me hace pensar en varias
cosas. ¿Sufría Miguel Ángel alguna idea delirante? Quizás pensara
que algo negativo ocurriría en caso de quitarse las botas. O
simplemente perdía la noción del tiempo y se dedicaba a su trabajo
con tanto tesón que olvidaba todo lo demás.
Los
datos sobre el dinero y el perfeccionismo indican en la dirección de
una personalidad obsesiva-compulsiva; posiblemente Miguel Ángel
escondía una inseguridad e ansiedad importantes. Parece que Miguel
Ángel nunca llevó bien las críticas ni la presión, y esto también
concuerda con este tipo de personalidad. Todos estos rasgos también
son compatibles con un trastorno obsesivo-compulsivo, pero Miguel
Ángel muestra estos rasgos a lo largo de toda su vida, por lo que
parece que el trastorno de personalidad es más probable.
Quizá
incluso fuera el caso de Miguel Ángel una combinación de ambos
trastornos, tanto el de Asperger con el de una personalidad
obsesiva-compulsiva. Eso explicaría tanto la dedicación total al
arte, las relaciones distantes, el que no disfrutara su fortuna y su
incapacidad de delegar en ningún aprendiz.
Por
desgracia, Miguel Ángel nos ha legado obras increíbles pero no
parece que fuera una persona muy feliz.
2.- Winston Churchill (1874–1965):
Su vida muy muy resumida:
De familia aristocrática, Winston no
fue un intelectual al uso. En el colegio era más bien rebelde y de
aprobados justos. Por eso se metió al ejército, y pasó por varios
países, como Cuba, Sudán o India. Antes de dedicarse a la política,
sirvió como corresponsal de guerra. Como político sufrió sus
altibajos; los años antes de la Primera Guerra Mundial fueron
brillantes para él, con cargos de importancia. Sin embargo, en los
años 30 todo el mundo le dió la espalda. Se le creía desfasado,
entre otras cosas porque cuando todos buscaban pactar con los nazis,
Churchill alertaba del peligro que éstos tenían. Se le daba ya por
muerto políticamente, pero la guerra le dió la razón. Churchill
fue nombrado primer ministro y se convirtió en el icono de la lucha
británica contra los nazis. Después de la guerra volvió a
convertirse en primer ministro 4 años más.
Se casó en 1904 y tuvo 5 hijos,
manteniendo un matrimonio feliz toda su vida. Tuvo una faceta
prolífica como escritor y pintor y en 1953 ganó el premio Nobel de
literatura. Cuentan que pasaba muchas noches en vela escribiendo. Era
un hombre apasionado y emocional, y en varias ocasiones lloró
durante sus discursos.
Los datos que hacen pensar en algún
trastorno mental:
-El perro negro: Churchill fue
diagnosticado de depresión. Llamaba a ésta “el
perro negro“ que le acompañaba. Describe períodos de energía
disminuida, falta de interés por la vida y completa tristeza. A su
médico le llegó a contar que no le gustaba esperar al tren cerca de
la vía o asomarse al mar desde el barco, porque temía que pudiera
saltar en cualquier instante.
-El perro dócil: cuando
el perro “se volvía dócil”, Churchill disponía de una energía
casi infinita, pasando noches en vela y gastando dinero de forma
extravagante (pasó la mayor parte de su vida en bancarrota). A pesar
de no ser un mujeriego, si es notable que le llegara a escribir a su
suegra lo mucho que disfrutaba del sexo, quizá indicando un
comportamiento algo desinhibido.
-Alcohol: su relación con
el alcohol y el tabaco fue notoria. En un viaje a EE.UU. en la época
de la prohibición consiguió que un médico le escribiera una
prescripción para consumir alcohol.
-Empatía y realismo:
cuando todos confiaban en los nazis, él fue capaz de ver algo que
los demás no alcanzaron a ver.
-Juventud rebelde: tuvo
problemas notorios en diferentes colegios, principalmente por
problemas de conducta; tanto con sus profesores como con sus
compañeros de clase
Las hipótesis:
Parece bastante claro que
Winston Churchill sufrió un trastorno bipolar. Los períodos de
depresión parecen sacados de un libro, con ideas suicidas y una
perdida de función importantes. Y lo mismo con los períodos
maníacos, es significativo que alguien del calibre de Churchill
pasara casi toda su vida en números rojos. Y también que fuera un
artista tan prolífico, a pesar de tener una intensa vida política.
El trastorno bipolar le dió a Churchill muchos dolores de cabeza,
pero posiblemente también le aportó virtudes que otros políticos
hubieran necesitado. Tuvo una resiliencia terrible en los años de la
guerra, fue creativo, realista a la hora de ver la amenaza nazi.
Todas capacidades que el trastorno bipolar amplifica.
Y como hipótesis
añadida, o paralela, está el posible trastorno de déficit de
atención e hiperactividad (TDAH). Tantos problemas en el colegio,
dificultades para estarse quieto y problemas constantes de
comportamiento podrían indicarnos Incluso como adulto fue en
ocasiones descrito como “errático”, era tan probable que fuera
agradable en la cena con los invitados como que los insultara. Estos
rasgos podrían derivar del trastorno bipolar, pero también ser
indicativos de ese TDAH.
En definitiva, un político
con una vida intensa que pasará a la historia como el salvador de
Gran Bretaña en época de guerra, y que muy posiblemente no podría
haberlo hecho si no hubiera sufrido de trastorno bipolar.
3.- Sócrates (470 – 399 a.C.):
Su vida muy muy resumida:
Sócrates nació en familia humilde, y
trabajó en los inicios de su vida como escultor, al igual que su
padre. Dice la leyenda que esculpió un conjunto de las Tres Gracias
que estuvo en la Acrópolis hasta el siglo II a. C., aunque a día de
hoy se cree que la leyenda no es cierta. Se casó a edad avanzada con
Xantipa, una mujer noble famosa por su carácter fuerte y
desagradable; y según se cuenta trataba muy mal a Sócrates. Fue
hoplita durante la guerra del Peloponeso y según las crónicas fue
un soldado destacado por su valentía.
El campo en el que destacó con
diferencia es en el de la filosofía. La particularidad de Sócrates
fue el de practicar la filosofía mediante el diálogo. No creía en
escribir nada, y lo que sabemos de él lo sabemos por sus discípulos.
Habitualmente ejercía como persona ignorante al hablar con sus
conciudadanos, y les hacía preguntas para llevar su razonamiento a
un plano más profundo.
Murió condenado a muerte a los 70 años
por corromper a la juventud y por no reconocer a los dioses
atenienses. A pesar de que sus discípulos le ofrecieron organizar
una fuga de la cárcel, aceptó la condena.
Los
datos que hacen pensar en algún trastorno mental:
-La
voz y los dioses: parece que Sócrates escuchaba una voz que le
avisaba cuando iba a hacer algo que era erróneo. Y si no entró en
política es porque esta voz así se lo ordenó. Es muy interesante
este extracto de la defensa que hizo en su juicio:
“¿Cómo podría yo
introducir nuevos dioses por decir que una voz divina se me
manifiesta para indicarme lo que hay que hacer? [...] Por otro lado,
que la divinidad sabe de antemano lo que va a suceder y que lo
anuncia con señales a quien quiere, tal como yo lo digo, lo dicen
también todos y lo creen. Pero mientras estos llaman, augurios,
voces, coincidencias y adivinos a los que les anuncian las señales,
yo lo llamo genio divino y pienso que al llamarlo así, me expreso de
manera más veraz y piadosa que los que atribuyen a las aves el poder
de los dioses”
Así
que tenemos una voz imperativa y un juicio por promover unos dioses
distintos a los de la época.
-El
Sócrates soldado: llama la atención que destacara por su valentía.
Aunque no tenemos absolutamente ninguna información para
comprobarlo, quizá esto fuese indicador de una hipomanía
-Alcohol:
parece que Sócrates aguantaba el alcohol maravillosamente bien. Y
esto puede ser por varias razones, pero una de ellas es que hubiera
desarrollado una tolerancia. Es decir, bebía habitualmente y por eso
era capaz de tumbar a sus compañeros bebiendo vino. Y aunque las
adicciones pueden surgir por sí mismas, también pueden enmascarar
problemas mentales de fondo. Entre las más habituales la ansiedad o
el insomnio.
-Empatía:
Sócrates era capaz de dialogar con todos, y cabe suponer que sus
capacidades sociales eran por tanto muy superiores a la media.
-Aspecto:
parece que Sócrates era barrigón, de ojos saltones y le gustaba
vestirse como un mendigo. Era muy frugal como norma general.
Las
hipótesis:
He
de reconocer que tenemos muy poca información y estamos en el campo
de la pura especulación. Sócrates no escribió nada por sí mismo y
todo lo sabemos por terceras personas. Además, estas terceras
personas conocieron a Sócrates en el final de su vida, y
posiblemente adaptaron a Sócrates en sus obras para expresar su
propia opinión.
Aún
así, escuchar voces imperativas no es algo común. Es algo muy
habitual en la esquizofrenia; pero la esquizofrenia suele venir
acompañada de otros problemas del pensamiento y pérdida de función
con los años (de hecho otro de los nombre de la enfermedad es
demencia precoz). Si en el final de su vida, Sócrates conservaba su
capacidad mental, podemos casi con total seguridad descartar la
esquizofrenia.
Quizás
entonces su estado de ánimo sea la raíz de la misteriosa voz.
Cuando alguien sufre una depresión profunda o una manía, puede
también oir voces. Aquí no tenemos pruebas como para comprobar la
hipótesis, pero hay varias razones que nos pueden hacer sospechar:
Sócrates fue un soldado muy valiente (¿quizás un signo de
hipomanía?), parece que bebía más de la cuenta (¿para
automedicarse contra la ansiedad?) y no en vano, su máxima más
famosa es “Solo sé que no sé nada”.
Esta máxima sería mucho más natural
en alguien depresivo, con una tendencia a la autoestima baja y a
criticarse a sí mismo. También concuerda con esta baja autoestima
que tuviera una mujer famosa por su mal carácter y él lo soportara
estoicamente. Su baja autoestima podría haberle impedido hacer nada
contra esta mujer. Así que la hipótesis de la depresión o el
trastorno bipolar son bastante creíbles con la información de la
que disponemos.
Y por
último, otro posible origen para las voces es algún trauma.
Sócrates se casó a edad avanzada, indicando quizá algún problema
de naturaleza sexual. Además, sirvió como soldado, quién sabe si
esto le marcó en forma de un trastorno de estrés posttraumático.
Así que si Sócrates sufrió abusos durante su infancia o quedó
marcado durante la guerra, esto podría haber causado que esos
sentimientos surgieran en forma de una voz imperativa que le indicaba
cuando iba a cometer algún error.
Por
último, está la hipótesis de que todo este tema de la voz fuera
una figura metafórica de Sócrates, un símbolo de su propio
pensamiento e intuición. Sócrates marcó a toda una época y fue un
gran genio, por desgracia solo nos llegan retazos de su persona y de
su personalidad. En algunos de esos retazos se puede intuir la
enfermedad mental, y como hemos visto no es incompatible sufrir un
trastorno con cambiar el rumbo del mundo.
Fuentes/inspiración/lecturas
recomendadas:
-”A
first rate madness” - Nassir Ghaemi
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